lunes, 7 de marzo de 2011

La Feria en el Palacio...



Una fachada majestuosa recibe a los visitantes para emprender una nueva aventura, a pesar de ser el mismo lugar nada es igual. Entre colores, música, charlas y un sinfín de libros, la XXXIII Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería se lleva acabo con el apoyo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en especial la Facultad de Ingeniería.

De fondo, la música clásica acompaña a los asistentes durante su recorrido, es casi imposible ignorar alguno de los coloridos estánds. Unos espacios más grandes, otros más pequeños, pero al final todos ofrecen el mismo placer: el de la lectura.

Como en cualquier feria, hay para todos los gustos y bolsillos. Ahí es posible encontrar desde una revista universitaria o un libro de poesía, hasta un libro de física o química. Aunque los ejemplares más solicitados son los
best sellers o aquellos escritos por grandes autores como Gabriel García Márquez o el actual Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa.

Después de recorrer la planta baja, donde se encuentran los estánds más grandes como el de Grupo Santillana, es hora de subir por las imponentes escaleras del Palacio de Minería. En el descanso una obra de arte es fotografiada por la mayoría de los asistentes, se trata del Árbol de la Vida donado por artesanos mexiquenses a la UNAM.

En el primer piso una sala sobresale por su elegancia, es del Estado de México, quien esta ocasión es el invitado especial de la Feria. En aquel espacio se exhiben una serie de colecciones editadas para conmemorar la construcción de la Biblioteca Mexiquense del Bicentenario, tales como: "El cubo de luz", "Lectura de mochila", "Espiral de Babel" y "Espejo Humeante".

Rincón a rincón, las personas recorren el Palacio de Minería con el fin de encontrar un compañero perfecto, un libro que los acompañe a cualquier hora y a cualquier sitio. No hay asistente a la Feria que no salga con una nueva adquisición, estar ahí y salir sin un ejemplar bajo el brazo es casi inconcebible.

Al final del recorrido una gran satisfacción queda en cada uno de los visitantes, la nostalgia de no haber comprado todos los libros vistos y la emoción de comenzar a leer los ya adquiridos. Es hora de regresar a casa y disfrutar del placer de la lectura en compañía de un nuevo amigo. Otras experiencias y sensaciones nos espera en la próxima Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, donde seguramente nada será igual.

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